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Una exposición de jaulas elaboradas con caña recuerda el esplendor que vivió a partir del XVI este artículo artesano

  • El etnógrafo Francisco López Monroy exhibe una quincena de ellas en el Centro Cultural de Ingenio “Federico García Lorca”, con motivo del Campus de Etnografía y Folklore.

Una quincena de jaulas elaboradas todas ellas con caña de barranco por el artesano y etnógrafo Francisco López Monroy, se exhiben en la muestra titulada ‘Jaulas de Caña’ que será inaugurada en próximo día 11 de julio, a las 19.30 horas, en el Centro Cultural de Ingenio “Federico García Lorca”. Organizada por la Asociación Cultural Peña del Pan en el marco de la tercera edición del Campus de Etnografía y Folklore de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, iniciativa incluida en el programa del XXI Festival Internacional de Folklore Villa de Ingenio “Muestra Solidaria de los pueblos”, la singular exposición permanecerá abierta hasta el 24 de julio, y podrá visitarse de 18.00 a 20.00 horas.

López Monroy, de 64 años de edad, añade a la exhibición de distintos modelos de jaulas elaborados de manera artesanal con caña, estudios específicos y fotografías sobre esta práctica tradicional relacionada con la caza, embalaje y transporte de pájaros cantores a Europa cuya comercialización se practicó mucho en Canarias desde el siglo XVI, sobre todo a países como Francia e Inglaterra. Según señala el etnógrafo natural de Ingenio, que cuenta con una extensa colección integrada por más de cinco mil artículos vinculados con la tradición etnográfica de Canarias, “la morfología de estas jaulas no responde a patrones arbitrarios, sino que depende del tipo de pájaro que se introduciría en cada una. Por ejemplo, hay jaulas para pájaros canarios, calandrios, capirotes, pintos, etcétera”.

El etnógrafo natural de Ingenio ha tardado en elaborar estos modelos que ahora exhibe por vez primera en Ingenio unos cinco años. En ese tiempo aprendió en oficio con el artesano de Ingenio ya desaparecido Eugenio Valido. Sus jaulas están elaboradas con caña (la variedad que encontramos en nuestras Islas es la Arundo Donax L.) que escoge en varios recodos del Barranco de la Sorrueda, en Tirajana. “La caña no es igual en todas las zonas. La que localizo en Ingenio es más húmeda y débil, mientras que la de la Sorrueda está más curada y admite más grado de resistencia”, destaca.

“Los artesanos que confeccionaban estas jaulas ya casi no existen en las Islas y el nulo relevo generacional terminará por extinguir el oficio”, señala Monroy, que avanza que el uso de este tipo de objeto ya ha pasado a tener un uso meramente decorativo y testimonial. Según el artesano, son varias las razones que han determinado la desaparición de las jaulas de caña: “Desde principios del siglo pasado comienza a generalizarse el uso del alambre de hierro y la madera en la Islas a la hora de realizar jaulas, imponiéndose con posterioridad las de plástico y metal, que ofrecen mejores precios, una mayor durabilidad y mejores condiciones de salubridad para las aves”, dice.

Según Monroy, los artesanos deberían, además de exponer sus productos en la ferias de artesanía, explicar el proceso de su trabajo para que el público valorara y entendiera la dimensión y complejidad del oficio, lo que redundaría en una mejor valoración de la artesanía como producto de consumo. “Mucho de ellos, al ser mayores y cobrar una pensión, no pueden vender sus piezas porque tienen miedo a perder esa paga. No se arriesgan a ello por vender cuatro jaulas un domingo en una feria o mercadillo municipal”, subraya.

En 2002 Francisco López hizo una jaula que medía tres metros de largo por casi dos de ancho y casi tres de altura. También es autor de una colección de instrumentos musicales elaborados con caña titulada ‘Falta quién los toque’. “La elaboración es muy lenta, da mucho trabajo y exige precisión. La mayor parte de las varillas del revestimiento hay que tenerlas en remojo bastante tiempo para poder luego manejarlas”.

Monroy, que ahora está jubilado, se dedicó a la enseñanza y más tarde regentó un conocido bar de del barrio de El Ejido fundado en 1943, adelanta que para el próximo año expondrá en el marco del Campus de Etnografía y Folklore de Ingenio una colección de los diversos arados que se emplean en las Islas en las tareas agrícolas. Este trabajo le ha mantenido ocupado los últimos cuatro años de su vida.

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