- La exposición ‘El hilo de pita’ muestra el antiguo trabajo de artesanía que ha estado estrechamente ligado a la vida laboral y económica de Canarias
- En peligro de extinción, muy pocas personas trabajan actualmente en las islas el hilo de pita
- La muestra podrá visitarse en el Centro Cultural Federico García Lorca de Ingenio hasta el próximo 28 de Julio
El viernes, día 12 de julio, se inaugura la XXIV edición del Festival Internacional de Folklore Villa de Ingenio ‘Muestra Solidaria con los Pueblos’ con la apertura, en la sala Manolo Mherc del Centro Cultural Federico García Lorca, de varias exposiciones entre las que figura la denominada ‘El Hilo de Pita’.
La muestra, incluida en la programación de este evento internacional que organiza la Asociación Cultural Coros y Danzas de Ingenio, en el que participarán este año grupos de Indonesia, Rusia, Marruecos, Senegal, Benin, Italia y España, reúne todo un trabajo coordinado por el artesano y aficionado a los estudios etnográficos, Francisco López Monroy.
Monroy lleva 20 años recopilando la memoria histórica de los artesanos de Ingenio. De esta manera y hasta la fecha han sido fundamentales sus estudios realizados sobre el batijero, el arado, la elaboración artesanal del queso, el estudio de las jaulas, el timple, el cuchillo canario, la laña, la alpargata y, en esta edición, el hilo de pita.
La pita, a pesar de la creencia de que es una planta autóctona canaria, se trata de una especie exótica introducida por el hombre en fechas posteriores al descubrimiento de América y originaria de México. La pita o pitera ha crecido espontáneamente en muchas zonas de Canarias, convirtiéndose en una planta invasiva ya que coloniza rápidamente el terreno, ocupando el sitio de las especies nativas.
En esta exposición, que se mantendrá abierta hasta el 28 de julio y que puede visitarse de forma gratuita de 18:00 a 20:00 horas en el Centro Cultural Federico García Lorca, se podrá ver la técnica de obtención del hilo de pita así como sus diferentes usos.
La propiedades y usos de esta planta son numerosos, desde propiedades medicinales (actúa como laxante), utilizada en alimentación como verdura o como bebida (fermentada para elaborar mezcal, una bebida muy consumida en México) hasta muy apreciada por la fibra textil de sus hojas, para producir cuerdas y redes. Según Monroy, “de la pita se aprovecha todo. Debido a su tamaño, se ha usado para cercar terreros o bien para marcar los linderos de los mismos. El bulbo se ha utilizado para hacer pequeños tambores y también recipientes para guardar el grano”.
Por su resistencia, el hilo de pita era empleado también por los labradores y ganaderos para atar a los animales, hacer redes, pateras de cabras y ovejas, bolsos, alforjas, crucetas para los burros…. Su elaboración consistía en machacar las hojas de la planta hasta hacer que se desprendiera su parte verde y húmeda. Así se lograban las fibras que hay en su interior. Luego se encordaban estas hasta conseguir cuerdas de textura ásperas de varios grosores. “Antiguamente, la coyunda o soga que amarraba los cuernos de las vacas al yugo que tiraba de la carreta estaba hecha con hilo de pita. Ahora, desgraciadamente, los pocos ganadores que hay usan cuerdas preparadas que vienen de México”, indica el etnógrafo.
La alpargata era una prenda usada cotidianamente y que se realizaba también con hilo de pita “Lo primero era sacar el hilo de pita majando la hoja de la pitera. Ese hilo se secaba y se iba uniendo a otros hilos para conseguir una mayor consistencia, después se hacía una trenza que tenía que medir al menos tres brazas y media. Posteriormente, esta trenza se cortaba y se hacía una rueda que se cose y que era la suela de la alpargata. Una vez hecha la base, se hacía la solapa con tela, se cosía esa tela al fondo de la alpargata y ya teníamos la alpargata hecha con el hilo de pita”. Estas alpargatas eran usadas por hombres y mujeres en sus labores de labranza. Eran resistentes hasta que se mojaban. “Al ser de pita se estofaban y había que ponerlas al sol, por lo que se hinchaban. Cuando se mojaban dos o tres veces se echaban a perder.”
Francisco Monroy, que ha dedicado su vida a no dejar caer en el olvido antiguos oficios, insiste en recuperar el trabajo del hilo de pita, tras no recibir la denominación de artesanía por el Gobierno de Canarias. “En esta exposición estoy demostrando que con el hilo de pita se pueden hacer infinidad de objetos como aros de cazo, centros de mesa, atrapasueños, hiloramas, macramé. Si además de que ya queda muy poca gente que lo trabaja, el gobierno le quita la denominación de artesanía desaparecerá del todo. A este paso la artesanía que quedará será la de aeropuerto: pulseritas, collares y poco más…”
Monroy recalca que la situación es cada vez peor. “Salvo algún cestero, algún palmero, unas cuantas caladoras, y un jaulero…, poco queda de nuestro artesanía. Por ejemplo, los cestos de caña para la ropa sucia ya no se usan, es más barato comprar una cesta de plástico y si se estropea, compras otra y sigue siendo más barato que una de caña. Por eso los artesanos están desapareciendo. Salvo que te encuentres algún loco como yo, poco queda”.